Los trabajadores estatales y la unidad sindical (Parte I)

La lucha de los trabajadores estatales es una de las más importantes en la historia del sindicalismo peruano. En los años 80s, los "estatales" fueron el principal sector en el sindicalismo, luego de los despidos masivos de la dictadura militar a fines de los 70s que golpearon principalmente al sector industrial manufacturero.

Veamos algunas consideraciones generales y muy rápidas. Lo que llamamos "estatales" se trata específicamente de "administración pública". Como sabemos, el estado peruano ha sido históricamente muy reducido, en parte por desinterés de los empresarios que solamente requerían del estado para mantener el orden público y poco más.

Desde los 50s con el crecimiento de las ciudades, se consolida una tímida clase media limeña, profesional y criolla. En los gobiernos se suceden dictaduras y democracias que apoyan el crecimiento del aparato estatal como parte de la oferta prebendataria. Es decir, los gobiernos ofrecen a la clase media profesional puestos de empleo en los nuevos ministerios. Hay una suerte de pacto político que implica la lealtad del empleado público al gobierno de turno.

Es importante notar que en la historia del estado peruano no hemos tenido una "administración pública" basada en criterios meritocráticos o de carrera. Esto, se debe al carácter instrumental que la burguesía en general ha tenido sobre el aparato estatal, entre otras razones.

Con el gobierno militar reformista de los años 70s este proceso crece sustancialmente. Como sabemos, el modelo desarrollista de Velasco implicaba un estado grande, con muchos ministerios y dependencias públicas y una administración estatal que regulara todo el proceso.

El crecimiento de los años 70s si bien trato de ser ordenado, no lo fue. La incorporación anterior había puesto a la clase media limeña en la administración pública. Los militares colocaron a los nuevos limeños democratizando dicha administración. La crisis económica afectó los sueldos de los empleados públicos y lo que antes habia sido un puesto de status y prestigio empezó a convertirse en un empleo mal remunerado.












La derecha buscó reducir la administración pública. Vargas Llosa puso la idea y Fujimori la realizó.  










En los 80s la situación ya era complicada. El segundo gobierno de Belaunde incorpora nuevos empleados públicos entre los militantes acciopopulistas y el sistema de prebendas se consolida más.

Más allá de favores políticos, con la crisis económica hay un número indeterminado de trabajadores públicos mal remunerados, sin una carrera administrativa establecida, con disparidad de sueldos, funciones y roles. En este contexto surge la CITE (Confederación Intersectorial de Trabajadores Estatales). La CITE lideró diversos paros y huelgas muy importantes en los años 80s.

Así, en su mejor momento la CITE representó en la práctica al conjunto de la administración pública. pero las disputas internas entre las distintas posiciones partidarias hacían que su conducción fuera tan clara como las curvas de Pasamayo.

Luego viene Alan García y el sistema de prebendas está en su máximo esplendor. El primer gobierno de García utiliza el estado como oficina de empleos. Antes de irse, y en una clara muestra de lealtad partidaria, pasa a planilla a decenas de miles de los contratados apristas en la administración pública.

Todo esto permitió a la derecha empresarial desplegar una campaña contra los trabajadores públicos. Mario Vargas Llosa aparece diciendo que hay que despedir trabajadores estatales. Hay una voluntad expresa de estos grupos neoliberales por asociar "ineficiencia" con "trabajador estatal" con "sindicato".

Lo demás ya es historia conocida. Fujimori llega al gobierno y despide a cientos de miles de trabajadores estatales en una de las reformas del sector público más drásticas y arbitrarias que se ha realizado en la historia del país. Tanto así que ha merecido la reposición de los trabajadores en los últimos años. La CITE fue incapaz de dar una pelea unitaria frente a la ofensiva del gobierno y desapareció víctima de disputas intestinas.



Comentarios

  1. Pero si es cierto, en el Peru, ineficiencia es sinonimo de empleado estatal y sinonimo de sindicato...

    Sino como era la CTP, ENTEL, ELECTROPERU...bastiones de personas buenas para nada...

    En cambio ahora TELEFONICA, LUZ DEL SUR y EDELNOR son otra cosa...(Claro que surgieron otros problemas, pero solo afectan a una minoria)

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  2. CRT:

    No lo es. las empresas estatales fueron mal utilizadas por los gobiernos de turno para que sean agencias de empleos, o caja chica para gastos varios.

    Los sindicatos normalmente denunciaban -y denuncian- estos malos usos.

    Decir que Telefónica es "otra cosa" en sentido positivo resulta por lo menos bochornoso. Todas las tarifas públicas se han disparado por las nubes, el servicio no es el adecuado y los derechos laborales son negados sistemáticamente.

    Y no afectan a una minoría. Si hubiera un referéndum para regresar esas empresas al sector público, la ciudadanía votaría por eso, en contra de estas privatizaciones truchas.

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