Aumento del salario mínimo: debate permanente

Photo by Néstor Morales on Unsplash
Cada cierto tiempo se discute el aumento del salario mínimo o Remuneración Mínima Vital. Es un tema complicado pues conjuga tanto una discusión técnica con un debate político.

Hace una semana, el hasta ahora presidente del país, Pedro Pablo Kuczynski puso en mesa la discusión de un aumento del salario mínimo luego de dos años en que no ha habido incrementos. El anuncio se hace en medio de una seria crisis política que amenaza la continuidad del régimen. Todo parece indicar que se trata de distraer a la ciudadanía con un debate que será extenso e infructuoso.

Hay varios temas que se discuten cuando se habla de incrementos en el salario mínimo. Lo primero es cuantos trabajadores se ven directamente afectados. En realidad no hay cifras exactas que indiquen cuantos trabajadores de manera directa o indirecta perciben el salario mínimo o una cifra cercana al mismo. Un estudio de la BCRP realizado por Céspedes (2005) señala:
  • Al considerar a los trabajadores asalariados del sector privado, a los trabajadores del sector público bajo régimen laboral del sector privado, conjuntamente con los trabajadores del hogar, se estima que el número total de personas que cubriría la ley de RMV en el ámbito nacional sería como mínimo 4,97 millones de personas, cifra que representa el 40% de la población ocupada del país.
En el otro extremo tenemos las declaraciones del abogado Ricardo Herrera (del Estudio Muñiz) que reduce el número de beneficiarios a 200 mil trabajadores que representan el 8% de la PEA asalariada formal que recibe la RMV.  Esta es una definición realmente estrecha y limitada. 

Información más exacta proporcionada por Céspedes señala que se trata de aproximadamente el 18 % de la PEA ocupada de los cuales un millón de trabajadores se encuentran en Lima. Son en su mayoría informales, relativamente jóvenes. Se trata de obreros del Sector Manufactura, Empleados/Independientes del Sector Comercio (al por menor), trabajadores de Restaurantes, Transporte Terrestre, Empleados del Hogar, entre otros.  (Tomado de aquí

El Estado tiene acceso a información más exacta ya sea a través de las planillas electrónicas o de la ENAHO para determinar el número de trabajadores que reciben el salario mínimo pero no se tiene acceso a esa información. El MTPE publica remuneraciones promedio, lo cual distorsiona y no permite entender realmente las variaciones de los salarios.  

Un segundo tema de discusión es el impacto que tienen los incrementos de la RMV. Los empresarios señalan que incrementan la informalidad e incluso el desempleo al ser un desincentivo en las Pymes y Mypes. Sin embargo, esta afirmación no tiene realmente asidero en ninguna investigación académica. 

Cuando se dio el incremento del año 2003 se realizaron tres estudios sobre el impacto del mismo en el empleo. El estudio de Saavedra (2004) para GRADE señaló que en términos generales, el incremento de la RMV no tenía impacto significativo en la probabilidad de perder el empleo. Si hay un impacto entre Por el contrrario, podía haber un efecto positivo en algunos grupos como los jóvenes con secundaria completa  y en algunos sectores de trabajadores informales donde el aumento funciona como un referente. El estudio de Céspedes (2005) señala que hay efectos en la reducción de empleo pero es mínimo. Y asimismo, hay un impacto en las demás remuenraciones, especialmente los que menos ingresos tienen y en los jóvenes. Finalmente, el estudio de Jaramillo (2005) confirma los efectos negativos en ciertos segmentos como los trabajadores pero no es significativo. En general como señala Chacaltana (2006) el efecto neto de dicho incremento fue una leve reducción del empleo pero una elevación del salario medio. No hay estudios sobre el impacto en la demanda agregada y en la expansión del empleo consecuente. 

Hay también evidencia que un aumento del salario mínimo no causa reducción del empleo o mayor informalidad, como se ha demostrado en el aumento de 25% en 2012 que no se ha asociado a menos empleo o mayor informalidad.

Sin embargo, los empresarios insisten en evitar todo tipo de incremento y señalan la necesidad de articularlo al incremento de la productividad. Lo cual puede ser un criterio válido pero no puede ser el único. En otros países de la región los criterios para dar incrementos en los salarios mínimos son la necesidad de los trabajadores (pérdida de poder adquisitivo), el alza del costo de vida, inflación acumulada y como política de desarrollo económico.  

En el siguiente cuadro se ve el valor real de la RMV en el país. Desde el último incremento, su valor se ha reducido, es decir, la capacidad de compra del mismo es cada vez menor por lo que si es pertinente revisarlo para por lo menos recuperar el nivel anterior.  




La CGTP exige un incremento que llegue al valor nominal de 1500 soles que sería un aumento de poco menos del 100%. Los empresarios consideran que eso es poco menos que imposible. Sin embargo, no recuerdan que en hasta setiembre de 1996, el salario mínimo era de 132 soles corrientes y en un año se produjeron tres incrementos consecutivos, llevando al salario mínimo hasta 345 soles (un incremento nominal de 161%). Y no hubo ninguna crisis ni desbalance económico. 

La posición de la CGTP ha sido siempre reconocer que el aumento es una medida adecuada pero insuficiente. Porque mejora ligeramente la situación de los trabajadores menos favorecidos y permite elevar el salario medio de los demás trabajadores. 

Es insuficiente porque en cualquier sociedad democrática, los incrementos salariales dependen de la negociación colectiva entre empresarios y sindicatos. Y este es un instrumento que el estado no desea proteger ni fomentar. El Estado (y los empresarios) han reducido la afiliación sindical a 2.8% en el sector privado mientras se niega a aceptar la negociación colectiva en el sector público. 

Si uno revisa las causales de huelga en el país verá que el principal motivo es el incumplimiento de los convenios colectivos. Es decir, los trabajadores organizados no tienen mecanismos reales para incrementar sus remuneraciones mientras que los que no están organizados tampoco tienen un mecanismo claro sino que dependen de la voluntad del Estado. 

En resumen, el movimiento sindical debe proponer que el Consejo Nacional de Trabajo restablezca la clausula técnica y automática para incrementar todos los años, el salario mínimo. Asimismo, el MTPE debe promover activamente la negociación colectiva, especialmente por rama de actividad para mejorar los ingresos de los trabajadores. 


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