Marcha por el Agua: borrador de un balance

Este blog y todo su personal, reunido en asamblea general ha acordado de manera unánime apoyar la Marcha Nacional del Agua que se viene realizando y que tiene como punto central el día de mañana a partir de las 14.00 horas en la Plaza Dos de Mayo, Lima. Allí nos vemos. 

Como saben, lo que aquí se esta discutiendo es en realidad el modelo de acumulación y desarrollo capitalista que desea el país. Por un lado, tenemos la posibilidad de mantener el modelo primario exportador basado en las actividades extractivas -es decir, la minería, petróleo, pesca industrial, etc- con algunas modificaciones, maquillajes y aggiornamentos; o modificar este patrón por ota manera de desarrollo capitalista, probablemente basado en el mercado interno, la agricultura y las industrias limpias. 

Claro, la disyuntiva  "agua o mineria" reduce esto, pero podemos aceptar que es una manera concreta de poner el tema. Ahora bien, la Marcha por el Agua, como nueva etapa, del conflicto alrededor del proyecto minero de Conga en Cajamarca, pone al descubierto los limites y dificultades tanto de los sectores de izquierdas como del propio gobierno. 

Luego de la Marcha podremos hacer un balance más detallado y como siempre con la intención de sacar las lecciones para las siguientes luchas. Por ahora sólo una reflexión al paso.

1. La necesidad de una propuesta.- Cuestionar un modelo de desarrollo no es como parece imaginar el ministro Valdez, un tema técnico. Es fundamentalmente un tema político, en el sentido más político aún. Es un tema de poder. Todo modelo de acumulación (ya dejemos de pensar que en el capitalismo hay desarrollo. El capital acumula, no desarrolla) implica una estructura de poder. es decir, una manera de ordenar que clases y sectores se apropian del excedente y quienes no. Vamos que esto es muy básico. Entonces, cuestionar el modelo, es en buena cuenta decirle a los grandes capitales transnacionales y a sus operadores locales, que no va a tener las mismas ganancias -o tal vez, ninguna- en el futuro inmediato. En términos concretos, se trata de una expropiación. 

y ahora bien, despojar de unas ganancias habituales a una clase en el capitalismo, nunca ha sido un proceso sencillo ni pacífico. Y aquí entran, los límites de la democracia. Y del sentido común. Hay sectores en la izquierda, que creen que este es un tema de comunicación, de diálogo o incluso de aspectos técnicos y viabilidad económica. No. Es un tema de poder. Tiene dimensiones claro, técnicas, ecológicas, culturales, pero básicamente es un tema de poder. 

Y la izquierda no tiene una estrategia de poder para enfrentar este tema. Y no lo tenemos, porque no salimos de los limites mentales de la democracia representativa. y en este tema, el enemigo principal, para usar la vieja pero útil jerga, no es curiosamente el gobierno. Es cierto que tanto Patria Roja como Tierra y Libertad buscan consolidarse como espacios de oposición a la izquierda del gobierno, y es válida esa aspiración, y por ello buscan polarizar con el gobierno o más precisamente con Ollanta. Es un cálculo, apurado, donde el desgaste del gobierno implica un crecimiento por el lado izquierdo. Una radicalización de la población. 

En verdad, en este tema, el enemigo es el capital transnacional. los gobiernos de turno, resultan estructuralmente débiles para enfrentarlos. El cura Marco Arana podría ser presidente del país y se vería igual de presionado por dichos poderes fácticos. Y no veo manera, de imaginar un desenlace diferente, al nivel de cómo están las cosas en el escenario político. Salvo que sus adherentes asuman que dicho cura tiene vínculos con poderes divinos.   

El problema, es que no tenemos la organización política ni social para enfrentarnos de manera sostenida y victoriosa contra los poderes trasnancionales que imponen el modelo neoliberal en el país. 

Gritar es fácil y necesario, derrotarlos es algo más complicado. 

2.- Los limites del activismo.- Y aquí entra una multitud de microsujetos políticos. "Los colectivos". Ya he señalado algunos límites y criticas a esta manera de hacer política a contracorriente. Ahora debería señalar algo positivo.

Hay una cantidad de energía y talento en los colectivos que no poseen los partidos más grandes -menos chicos- de la izquierda. Hay entusiasmo, alegría, talento, ingenio, entre los jóvenes y no tan jóvenes que se agrupan en colectivos, cada cual más pequeño que el anterior. Es una capacidad de trabajo concreto muy importante. 

Para decirlo con claridad. Si la Marcha Nacional del Agua tiene el éxito que apunta a tener, no será por las -más o menos- grandes estructuras políticas o por las viejas figuras del pasado, sino por el trabajo constante, empeñoso, muy desordenado y disperso, pero eficaz, de cientos de colectivos donde mucha gente ha brindado horas y horas de trabajo, de manera generosa y gratuita. Son claro esta, los que no van a aparecer en las fotos, en los escenarios, en las entrevistas. Y bueno, esta bien. tampoco me parece que los más honestos de entre ellos y ellas, estén buscando un reconocimiento público. Es una suerte de "militancia silvestre" que debería ser vista con mejores ojos. 

Y habiendo señalado esto. es necesario poner en mesa los limites y carencias de dichos colectivos. Un colectivo tal como viene funcionado en la política peruana, es la expresión del activismo per se. Es una alternativa calma conciencias en el mejor de los casos, y el fortin de pequeños caudillos que sueñan con ser Lenin o Trotsky, pero se conforman con un puesto de trabajo en una ONG, un ministerio o una foto en un diario, en el peor de los casos.

Hacer política en pequeña escala no es una crítica a las vanguardias ni un reconocimiento a "las bases". Es una expresión de impotencia. 

Hay colectivos que se empeñan en defender su "identidad propia". ¿La identidad de diez personas?. 

No sé si será que la edad me vuelve menos profundo, pero no podríamos hacer un programa de diez puntos, y juntar tantos colectivos en uno más grande. Y siendo más grandes podrias hacerte oir por los viejos partidos o incluso negociar un ingreso adecuado. ¿No es mejor hacer política en un grupo grande que en un grupo pequeño? Como decía a unos amigos, me bastan tres cosas:

     a.- Una estructura que me permita discutir todo y a todos en toda la estructura.

     b.- Que los acuerdos se respeten, así llueve o truene. 

     c.- Y que las direcciones sean elegidas de manera democrática: un militante, un voto. 

Todo lo demás ya vendrá por añadidura. Pero entiendo que no es fácil. Hay muchos figurettis que buscan una "imagen" e imponer una agenda personal por encima de la agenda colectiva. Los trepa no son izquierda, son ellos y nada más. 

Tal vez el lema necesario sea: "Menos colectivos y más política"


3.-Una izquierda que recicla.- Y claro, vamos sumando. Un programa radical, una organización más grande y menos dispersa y finalmente, claro, una dirección nueva. Parafraseando al viejo Bronstein, la crisis de la izquierda peruana es la crisis de su dirección. 

Tal vez, repetir esta idea sea necesario aún mucho más. Pero aclaremos algunas cosas, antes que en mi partido me pasen por disciplina. La crisis de dirección no implica ni un desmerecimiento de las personas, de su trayectoria, de su legado o de sus pasadas y actuales virtudes y logros. 

El partido, es para usar una imagen, como una computadora. Cuando esta nueva, es veloz, rápida, de gran respuesta y multitarea. El disco duro que son los militantes reacciona rápido, el CPU que es la dirección es veloz en procesar toda la información y dirige todo muy bien, y la memoria RAM que sería algo así como las relaciones entre los afiliados y la dirección es fluida, veloz y cumple con todo lo que se pide. 

Pero luego, todo cambia y en eso andamos. El disco duro es insuficiente, el CPU esta lento, la RAM no da para más. Hay que cambiar. Pero cambiar no es desechar toda la computadora o todas sus partes. Si cambio el CPU de mi máquina, no es porque considero que toda la vida fue un mal CPU o una vergüenza de equipo. No, es porque los tiempos y tareas han cambiado. Ahora se requiere otro CPU, nada más. La computadora será la misma, pero recupera su velocidad y función.

Ya, de eso se trata. La dirección política de la izquierda peruana, en una gran parte responde a lógicas pasadas, a tareas ya superadas. Se requiere cambiar buena parte de esa dirección. 

Y no vale la pena "reciclar". En cómputo, algunos reciclan sus viejas 486 o Pentium poniéndole un software menos complicado. Una versión light de Ubuntu o el Jolicloud. Pero con esto no tienes una máquina nueva, solo recuperas una máquina de escribir con pantalla. 

Lo mismo con la izquierda. Hugo Blanco fue un líder histórico de la izquierda. Hay que reconocerlo en sus valiosos aportes y méritos. Y esta bien que aparezca ahora como símbolo en la Marcha del Agua. Pero sería iluso pretender o asumir que Hugo Blanco es la dirección que la izquierda requiere ahora. Hugo Blanco es un buen recuerdo, para aprender historia. Para no equivocarse again and again. Pero nada más. 

En un mitin de Refundazione Comunista en Italia, en apoyo a la FIOM, la federación metalúrgica, los que hablan en promedio son menores de 40 años. El secretaro general de Refundazione tiene 51 años. 

En un mitin de la izquierda en Lima, el promedio de edad de los que hablan esta por encima de los 50 años, pero la gente que se moviliza esta por debajo de los 30 años. 

Necesitamos nuevas voces, de gente nueva. Que se va a equivocar, que va a tropezar así como los ahora lideres metieron la pata una y otra vez cuando empezaron. ¿O no don Hugo?

La actual dirección de las izquierdas lo hizo bien antes, ya cumplió. Ahora es hardware obsoleto. Y ya sabemos lo que tenemos que hacer.     



Apoyo del PCP
Y mi partido expresa su apoyo militante a la Marcha nacional del Agua. Bien, allí estaremos camaradas y camarados.


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