La unidad de las izquierdas desde propuestas concretas


La crisis política y los continuos desaciertos del actual gobierno parecen una historia sin fin. Las izquierdas nuevamente aparecen dispersas, peleando entre sí, lanzándose adjetivos y contribuyendo a su propia fragmentación y derrota política. Mucha inmadurez entre jóvenes y tíos.

Sin embargo, algunos compañeros y compañeras, con tino señalan que los esfuerzos unitarios resultan cada vez más urgentes y necesarios. A estas alturas, discutir si el gobierno es de izquierdas o de derechas resulta un ejercicio académico con poca evidencia. 

Lo real es que el gobierno de Castillo puede ser tanto de izquierdas como de derechas. Como buena parte de los últimos gobiernos, carece de un aparato institucional y de un programa político real. Entonces, efectivamente, Castillo decide según quien hable primero en su círculo de allegados. Tampoco es una novedad. Lo vimos con Ollanta y con PPK. 

Para algunos influencers de izquierdas, entonces se trata de influir en Cerrón o Castillo y desde Twitter o Zoom lanzar consejos para ver si pesca alguno. Mucha autoestima. 

La unidad de las izquierdas es fundamental. Insistir en desdeñar la misma, por tirrias personales disfrazadas de principios ideológicos es un mal servicio para los intereses de las clases populares. La unidad de las izquierdas es como el primer paso para salir de la presente crisis y ver si el gobierno de Castillo puede ser realmente útil para atender las demandas de los sectores populares. 

Pero la unidad no es un problema de voluntades y estados de ánimo. O en todo caso, no se reduce a eso. Parte de la confusión existente en nuestras filas radica en asumir que Castillo por ser pobre tiene ideas claras de izquierda. Como buena parte de la ciudadanía que se considera de izquierdas o progresista, pues tiene un sistema estructurado de reclamos, creencias, ideas y sentimientos sobre lo que debe de cambiar y lo que no debe de cambiar en el país. 

Entonces, la unidad no es ni sencilla, ni automática ni está implícita cuando dos personas o grupos dicen "somos de izquierda". La unidad se construye. la unidad se construye desde propuestas concretas, es decir desde un programa político. Esto, que en verdad es medio básico, parece que se ha olvidado. 

El programa político ha sido reemplazado por el discurso político y reducido a tuit. 

Por eso, me atrevo a poner un grupo de puntos concretos, mínimos y no excluyentes de otros, para discutir la unidad de las izquierdas. Sirve como papel tornasol además: si ninguno te parece viable, necesario o deseable, pues podrás llamarte de izquierdas pero te has equivocado de fiesta. 

La idea es sumar y priorizar. Se trata de "reformas", es decir de cambios institucionales. Lo que funciona y esta bien, pues seguirá así. Luego, en base a dicho listado podemos discutir la unidad, y en base nuevamente a dicho listado, podemos empujar al gobierno de Castillo hacia esas propuestas. 

La idea de un programa es además reconfigurar la correlación de fuerzas, es decir, sumar fuerzas.  

  1. La convocatoria a una Asamblea Constituyente en el plazo de 90 días calendarios. 
  2. Elaboración de una propuesta de ejes principales que debe debatir la Asamblea Constituyente: la relación del Estado y la sociedad, el rol del mercado, las libertades civiles y la diversidad cultural, sexual y social, así como los mecanismos de representación política. También el rol de las iglesias y del trabajo en la sociedad. La descentralización política y económica. 
  3. Una reforma laboral que elimine la temporalidad en los contratos laborales, la discriminación salarial por género, impida el despido de dirigentes sindicales sin sentencia judicial, facilite la negociación colectiva por rama tanto en el sector público como privado, refuerce la fiscalización laboral y prohíba los ceses colectivos durante el presente año. 
  4. Una reforma tributaria que grave a las grandes riquezas y a las grandes empresas.
  5. Una reforma en salud y educación que elimine el lucro como objetivo en dichas actividades. Mayor fiscalización de la educación privada en todos sus niveles. 
  6. Una reforma de vivienda que regule alquileres en el sector privado y fortalezca la construcción de programas de viviendas para sectores pobres y medios.
  7. Una reforma de transporte que tenga como centro el transporte público (estatizar el Metro y el Metropolitano) y el transporte alternativo (ciclovías).
  8. Una reforma del presupuesto público que incremente anualmente las partidas de educación, salud, Trabajo, MIMP y Midis.
Y nada, se trata de discutir.

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