Críticas y aportes al Programa Laboral del Frente Amplio

El Frente Amplio ha presentado hace unas semanas sus lineamientos programáticos. Ciertamente, no es un documento completo aún, pues entiendo que la comisión responsable sigue trabajando. Bien. Todos debemos leerlo y por suerte aquí esta

Obviamente me interesa el capítulo referente al trabajo, empleo y derechos laborales. Me han informado que el coordinador de dicha comisión laboral es el c. Alvaro Vidal, buen amigo y conocido abogado laboralista de la Pontificia Universidad Católica del Perú. 

Con la confianza que da la amistad y el compartir ideales comunes me permito decirle que lo presentado hasta el momento esta mal enfocado, es insuficiente y necesita precisiones claves para ser el documento que una agrupación de izquierdas requiere como aporte programático en una campaña electoral. 

Espero que estas críticas no lastimen susceptibilidades. Tampoco deben ser motivo para perder amistades. Se trata de un aporte público a un documento público. Ciertamente, mi mirada, es la de un sociólogo metido al sindicalismo por la parte de la capacitación, organización y la negociación colectiva, lo cual implica matices y prioridades diferentes. Pero la idea es enriquecer la discusión.   

Para empezar, veamos rápidamente el texto elaborado por la comisión que preside Alvaro Vidal: 

7. Empleo Digno con Derechos y Seguridad Social
a) Empleo digno y de calidad con iguales oportunidades y remuneraciones para los trabajadores y trabajadoras sin distinción, garantizando los derechos laborales y el fortalecimiento de la actividad sindical con la negociación por rama, a través de una nueva Ley General de Trabajo en concordancia con los convenios de la OIT
b) Eliminación de los regímenes laborales especiales discriminatorios y los services, y reconocimiento y apoyo del Estado a los trabajadores independientes o auto empleados y a las micro y pequeñas empresas para que accedan a la seguridad social.
c) Aumento y actualización permanente de la Remuneración Mínima Vital de acuerdo al costo de vida y la productividad.
d) Formación de capacidades para que los jóvenes accedan al mercado laboral, ligados a programas especiales de asistencia a jóvenes mujeres en caso de embarazo.
e) Incremento de licencias por paternidad y situaciones análogas, para promover la participación de los hombres en tareas de cuidado y domesticas no remuneradas, y así como flexibilidad, disminución y nuevas formas de jornadas de trabajo.
f) Sistema universal de pensiones justas a cargo del Estado, manteniendo las AFP como sistema complementario y voluntario.

Sin sujeto social no hay programa de izquierdas
Tengo críticas generales y particulares al texto. Hay temas que ni se mencionan y son centrales en las propuestas laborales mirada desde los sindicatos. 

Lo general

Primero, el texto queda corto. El trabajo en la sociedad es central, no accesorio, pues supone no sólo una condición básica para cualquier tipo de desarrollo económico, sino también el ejercicio básico de la ciudadanía. El desempleo y la informalidad debilitan y carcomen los derechos ciudadanos. El texto comparado con otros temas del mismo documento tiene una extensión menor y aparece como una pieza más dentro de un mosaico sin centralidad. ¿Desde dónde esta escrito? ¿Quién es el sujeto social cuyos intereses defiende el texto?

En segundo lugar, hay un problema con el enfoque general que subyace al texto y que esta claramente expresado en su primer párrafo. El texto señala que la garantía para el empleo digno y el fortalecimiento sindical es una nueva Ley General de Trabajo (LGT). Bueno, ¿no es una visión legalista del tema de las relaciones laborales? A ver, desde la izquierda escribimos cientos de hojas sobre el "poder popular". Y en el texto, nuestro garantía a todo es la LGT. No pues. 

Me parece bien que la comisión laboral asuma la reivindicación de una LGT -sabiendo que algunos de sus integrantes pensaban diferente hasta no hace poco- pero debemos entender que las leyes son el resultado de las correlaciones sociales y políticas, no al revés. 

Para la izquierda, lo primero debe ser el poder social. En este caso, el sujeto principal para el cambio de las relaciones laborales es el sindicato, no una norma legal. Entiendo que Alvaro por ser abogado y no tener experiencia en negociación colectiva, tiene un énfasis más jurídico y académico al tema. Pero de lo que se trata es de incorporar una mirada más social y sindical.

Tercero, el texto se ubica en algo que podemos llamar "el pensamiento OIT". Es decir, el conjunto de supuestos y consensos basados en acuerdos expresos e implícitos sobre el tema laboral. ¿Por qué asumirlo de manera acrítica? 

En la izquierda sindical tenemos muchas y muy fuertes críticas al rol de la OIT en la última década. A su excesiva burocracia e inoperancia para proteger aquello que debe proteger. Esta mal que un programa de izquierda prefiera buscar cobijo allí y no vaya más allá. 

En cuarto lugar, el texto carece de una visión "transformadora" de las relaciones laborales. Se trata de mitigar los problemas y de acercarse a través de las propuestas de siempre, que ya han sido bendecidas por la OIT. Ni aparece el tema de la "precariedad". No pues. 

Uno podría esperar más del programa del "referente político de la izquierda" como ha afirmado don Julio César Bazán, secretario general de la CUT y ex candidato en las primarias presidenciales del Frente Amplio.

Y no sólo es posible plantear más, es imprescindible hacerlo pues tienes 2.4% de intención de voto. 

Lo específico

¿Cómo se fortalecen los sindicatos?
El texto alude a lo sindical desde la negociación colectiva por rama (NCR). Más precisamente, señala que se va a fortalecer a los sindicatos mediante la NCR. Bueno, esto en nuestra realidad, es poner el coche delante de los caballos. Lo que la historia y la data existente demuestran es que son los sindicatos fuertes los que logran conseguir la NCR y no al revés. 

Para no ir muy lejos, podemos mirar el caso peruano. La FTCCP tiene NCR por ser una organización fuerte y disciplinada. Durante la dictadura fujimorista le fue arrebatada mediante un artilugio legal y luchó durante cerca de ocho años para recuperarla. Se realizaron huelgas nacionales, marchas de sacrificio y hasta una huelga de hambre. Y esa lucha creó la fortaleza que conquista derechos, que luego son sancionados legalmente. No al revés. 

¿Y la libertad sindical?
En el Perú hay más de 500 dirigentes despedidos en los últimos años y el estado no tiene capacidad ni voluntad política para defender la libertad sindical. pero el documento no propone nada sobre el derecho de afiliación sindical. Tampoco sobre el recortado y ridículo derecho de huelga que tenemos. Es como si los autores desconfiaran de los sindicatos. 

Nada. Un programa de izquierda debe poner en primer lugar al sindicato y en las medidas concretas para -no sólo garantizar-, sino promover y fomentar activamente la sindicalización de todos los trabajadores y trabajadoras del país. Todo trabajador y trabajadora debe estar afiliado a un sindicato y si es de rama, mejor. Sindicatos fuertes, punto.   

Y eso se logra con sanciones reales a los empresarios antisindicales, reforma del estado para empoderar al Ministerio de trabajo y más huelgas legales. Un gobierno de izquierda debe facilitar que los trabajadores hagan huelgas. Es decir, un gobierno de izquierdas debe darle herramientas de lucha a los trabajadores. Darles más poder. 

¿Cómo resolver la puja salarial?
El documento propone concertar de manera técnica el incremento de la remuneración mínima. Nada más. Y eso ¿acaso no esta ya acordado en el Consejo Nacional de trabajo? ¿Y ha funcionado? No, no ha funcionado. Los empresarios se han opuesto con el aval del Ministerio de trabajo. ¿Y que demuestra eso? Que los acuerdos formales sin un respaldo de fuerza son papel de viento. ¿Y que propone el documento? Otro papel. 

El tema del salario mínimo fue una salida cuando la negociación colectiva pierde cobertura. Por ejemplo, ahora la DGB alemana ha cambiado su posición histórica y acepta salarios mínimos legales, porque la crisis y el descenso de afiliación no le da otra salida.

Nosotros debemos proponer un piso salarial. Salario mínimo a 1,800 soles. Un mecanismo legal para dar incrementos anuales automáticos. Que la CONFIEP grite, que importa. Hasta los candidatos de derecha están planteando cifras. 

¿Y el Ministerio de Trabajo?
Uno de los problemas centrales en las relaciones de trabajo es que el ministerio de trabajo se ha convertido en la mesa de partes de la CONFIEP. Hay poco presupuesto, poca autoridad, pocas luces en sus funcionarios, corrupción y una burocracia mediocre que raya en lo kafkiano. Y eso Alvaro lo sabe, pues ha trabajado allí, por eso sorprende que no se mencione. 

¿Y la estabilidad laboral?
Es un programa de izquierdas que no menciona la estabilidad laboral ni como derecho al trabajo. Ya pues. No basta eliminar los regímenes laborales textil y agroindustrial. Hay que ir a por los contratos temporales. Somos una alianza de izquierdas. Defendemos a los trabajadores y trabajadoras.

Hay que proponer: Estabilidad laboral a los tres meses. ¿Que va a pasar? Que la CONFIEP demuestre que no es viable. Que la Cámara de Comercio explique porque sería el fin del mundo. ¿Más informalidad? Ya tenemos casi 90% de informalidad. A dónde más va a llegar. Y si es así, más estado fuerte. Inspecciones laborales para todos. 

¿Papas con manzanas?
Un ejemplo de la ausencia de una mirada articulada y central en la reflexión que subyace al texto es colocar al mismo nivel medidas administrativas como las licencias de paternidad (que son necesarias e importantes pero no son pues, urgentes) con la reforma del sistema de pensiones y la formación técnica.

En materia de pensiones, ¿Por qué no poner la reforma total del sistema?. La propuesta debe ser el fin de las AFPs y el fortalecimiento de la ONP sobre nuevas bases, pero manteniendo la solidaridad como principio. ¿No podemos ir más allá de la complementaridad que ha terminado siendo un sentido común OIT?

Por allí aparece la palabra "flexibilidad" que para los sindicalistas supone despidos, abusos y maltrato, de manera discreta e innecesaria. hay en los espacios académicos desde hace buen tiempo un rollo con la "flexiseguridad" que es como una "flexibilidad buena". Vaya timo.   

Finalmente
Mi impresión final es que efectivamente, como me ha comentado en privado Alvaro, este es un documento inicial y en proceso. Me parece bien que compañeros y compañeras estén trabajando este tema con compromiso y empeño. Pero eso no niega que hayan confusiones, ausencias y errores en la propuesta.  

Realmente, ¿por qué tener cuidado de hacer propuestas confrontacionales, contundentes, que golpeen a los poderes reales? ¿por qué no proponer aquello que asusta a la CONFIEP?, ¿por qué ese hálito de mesura, diplomacia y ambigüedad técnica? Compañeros y compañeras, un programa de gobierno para la izquierda es una herramienta en la lucha política, en la lucha social, en la lucha de clases. Además, tenemos 2.4% de intención de voto. ¿Qué podemos perder?


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