Pensamiento Binario



Hace unos días el compañero Binario (Crhistian Peralta) ha publicado un texto "academicista" como él lo define. Entiendo que se trata de un texto para discutir y eso es lo que haremos.

Aquí el post de Binario

Binario articula su texto en base a una oposición. Por un lado el grupo de la izquierda "domesticada" y del otro la izquierda que va a hacer los cambios del "corto-mediano-y-largo-plazo". Es decir, todos los cambios. Obviamente, Binario se identifica con esa izquierda.

Sin embargo, más allá de lo pintoresco de las etiquetas no hay una explicación acerca de los dos grupos. Binario reproduce las explicaciones de cada grupo y acepta estos discursos sin preguntar, problematizar o criticar.

Cuando se hace análisis político, no se trata de repetir lo que cada actor o sujeto piensa de si mismo (o lo que piensan sus contrarios) sino de entender los intereses a que responde dicho grupo, las motivaciones no explícitas e incluso los procesos que podrían explicar las acciones o inacciones.

Sin embargo, en el debate político local se ha instaurado una suerte de "pensamiento binario", para usar el conocido alias en redes del compa Peralta. Para esta visión tenemos dos izquierdas, una mala y la otra buena. Cada lado se reconoce como parte de "la buena" y denuesta al otro.

Pero ¿realmente estamos en un escenario de "reformistas" y "revolucionarios" como piensa el compa Binario y muchos otros? Uno de los peligros más comunes que asalta a cualquier analista político es confundir sus deseos y motivaciones con la realidad social. Y esto parece sucederle a nuestro buen Binario muy a menudo.

Ir por la vida pensando que la izquierda peruana no logra la unidad porque un grupo es "domesticado" y el otro "liberador", no es hacer análisis político, es repetir un catecismo. Es disfrazar los deseos personales de rollo político. Es un esfuerzo entusiasta por auto convencerse de la legitimidad de tus propias preferencias.

Binario no hace ninguna pregunta radical o de fondo en su análisis "academicista". Se limita a repetir los lugares comunes de la izquierda en los últimos 20 años.

Una de las preguntas que tenemos que hacernos y tratar de responder es precisamente ¿porqué las izquierdas locales no han logrado construir un referente más o menos unitario, más o menos radical en la última década?

Las probables respuestas no van por el pensamiento Binario. Si realmente hubieran dos izquierdas, una falsa y otra verdadera, una domesticada y otra liberadora, entonces no habría debate, no habría política de izquierdas. En más de una década el pueblo, esa categoría inasible, podría haber entrado en razón y seguir a sus "verdaderos representantes".

Y he aquí uno de los problemas de fondo que presenta el pensamiento Binario: una profunda desconfianza en la gente. Más aún, un soterrado desprecio por las personas que piensan diferente.

Y esto tiene que ver con el problema de la representación en el pensamiento Binario.

En su descripción de la izquierda, Binario señala de manera ligera que la CGTP es "controlada" por el PCP. Así de simple. No habla de predominio o de presencia. Binario utiliza el término "control" en un texto que se define como "academicista".

Debemos entender entonces, como corresponde a un texto académico que el uso de los términos se hace de manera razonada y racional, como conceptos instrumentales para entender la compleja realidad.

Entonces, para Binario, el PCP desde Plaza Castilla "controla y dirige" todo lo que decide, hace o deja de hacer la CGTP en Plaza Dos de Mayo.

Hace unas semanas por ejemplo, se reunieron más de 300 delegados de la asamblea de delegados de la CGTP. No creo ser exagerado si señalo que menos del 20% tiene militancia reconocida en algún partido y de ese grupo, ni siquiera la mitad es del PCP.

Entonces, para Binario, lo que piensen más de 250 delegados sindicales de todo el país es nada. Las horas de discusión no tienen mayor sentido pues basta que el secretario general del PCP le diga le diga a la CGTP lo que debe de hacer o no hacer.

Detrás de la idea de Binario esta la vieja concepción del sindicato como correa de trasmisión del partido. Y esa idea, que no es marxista, rezuma desprecio por los trabajadores.

Un texto que pretende ser "academicista" no puede utilizar conceptos y categorías como si fueran dulces en una fiesta infantil. No recuerdo haber visto a Binario en alguna reunión de la CGTP ni en una asamblea sindical, por lo que no entiendo en base a qué hechos ha llegado a conclusión tan contundente. Puedo pensar sin ánimo de ofender, que Binario repite lo que ha escuchado en alguna reunión y lo asume como verdad. Claro, así su posición se justifica.

Pero esa manera de argumentar no es rigurosa, ni seria, ni académica y mucho menos política. Es una forma digamos "religiosa" de ver el mundo.

Para entender la relación entre el PCP y la CGTP hay que partir de una afirmación que choca con infinidad de opiniones y razonamientos como los de Binario: La relación entre el PCP y la CGTP es compleja y complicada. No es una relación sencilla que pueda resumirse en una o dos frases. Pues se trata de un proceso construido en más de 80 años y comprende a varias generaciones de comunistas, sindicalistas y comunistas/sindicalistas.

No voy a desarrollar in extenso el sentido de esta relación, (en verdad, es el tema de mi tesis de postgrado) pero anotaré algunos conceptos que pueden ser útiles para explicarla: representación, representatividad, cultura obrera, taylorismo, postfordismo, intereses de clase, hegemonía y claro también clientelismo.

Como ven, no se trata de algo sencillo. Pero para el pensamiento Binario, las cosas pueden reducirse y simplificarse. Uno ya no entiende si se trata de apresuramiento o simple flojera mental.

Pero vayamos mejor a sus conclusiones.

El pensamiento Binario señala tres "lecciones" producto del análisis que ha desarrollado.

a.- La unidad de las izquierdas no garantiza nada. b.- Sin democracia interna no se forja un partido/movimiento político sólido que contribuya a la transformación de la sociedad tumbando el modelo neoliberal. c.- Sin pueblo organizado y movilizado para la transformación social, de poco o nada sirve llegar al gobierno.

Si se dan cuenta, nuevamente sus conclusiones sostienen la posición política que Binario asume en estos tiempos. Sin embargo, cada una de esas "lecciones" tiene contundentes procesos sociales que las desmienten. Hechos concretos.

Desde la Comuna de París, hasta la experiencia de Salvador Allende ha quedado claro que el bloque de fuerzas progresistas requiere de la más amplia unidad para afianzar las conquistas sociales realizadas como para ir más allá. Habría que preguntarle también a los compañeros y compañeras republicanos durante la guerra civil española si el problema de la unidad "no garantizaba nada".

Menospreciar el tema de la unidad es una salida irreflexiva y facilista. Solamente una convicción irracional en la validez de una posición política puede prescindir de las demás fuerzas progresistas y asumir que su parte es el todo.

La segunda conclusión trata de la "democracia interna". Este es otro buen ejemplo de un concepto político trasladado al debate local sin una reflexión seria. Copiamos modas y clichés sin discutirlas, de manera mecánica.

El pensamiento Binario asume la "democracia interna" sin definirla, ni preguntarse ¿porqué es tan importante para garantizar el cambio social?

Una primera pregunta es si ¿aquello que llamamos "centralismo democrático" es "democracia interna"? Tuvieron los bolcheviques, los maoístas, los trostkistas y los guevaristas mecanismos de "democracia interna"? Hay que recordar, que todos ellos impulsaron procesos de cambio real y sustantivo.

La democracia puede entenderse desde una perspectiva sustantiva, donde se alude a contenidos o desde una mirada instrumental donde se trata de procedimientos. Esta dualidad, hace del término "democracia interna" problemático y nos exige una reflexión consistente. Sino, podemos asumirlo como un aporte sustantivo, cuando trata muchas veces de una simple ingeniería administrativa.

Más precisamente: cualquier orden burocrático podrá reducir el concepto de "democracia interna" a unas elecciones primarias o a un leve control asambleario y el Pensamiento Binario se dará por satisfecho.

La tercera conclusión de Binario señala lo fútil que es conquistar el gobierno o el poder sin un apoyo social movilizado. Así puesto deja a todos los que están tratando de construir una representación parlamentaria de izquierdas como unos tontos. Pero la historia tiene otra opinión. Solamente vamos a señalar dos procesos, uno de los cuales debe conocer por lo menos: Napoleón III y Velasco Alvarado.

En ambos casos se trata de procesos de cambio que se desarrollaron en paralelo -sino en contra- del movimiento social y sin embargo, más allá de valoraciones del momento, representaron cambios importantes. Otro ejemplo es la revolución cubana. Toda la teoría del foquismo del Che se construye precisamente negando lo que dice Binario.

Y al final esto es lo que tenemos. El "Pensamiento Binario" consiste en el uso irreflexivo e indiscriminado de conceptos, en la reducción y simplificación de las relaciones sociales y el desconocimiento de los procesos históricos. Se trata de juntar sin relacionar, de afirmar sin demostrar, de justificar sin cuestionar. Todo en función de la posición política de turno.

Mis diferencias con el compañero Binario no son políticas ni académicas, pues su texto ni es político ni es académico. Es una profesión de fe y como toda fe es irracional.

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