Solidaridad con el Sindicato de Camposol, pero no con su secretario general

La situación de los trabajadores de la agroindustria es una de mis preocupaciones y motivo de reflexión. Me gustaría poder hacer más de lo poco que hago para apoyar la organización y defensa de los trabajadores y trabajadoras de este importante sector.

Hace unos meses, se firmó un convenio colectivo entre el sindicato de trabajadores y la empresa Camposol.  Como sabemos, dicha empresa exporta Espárragos, mangos, paltas, paprika entre otros productos.  El secretario general del sindicato de Camposol es Walter Campos. Cuando los afiliados conocieron el contenido del convenio firmado, un importante sector expresó su malestar. No hay aumento, no hay mejoras sustanciales, solo alusiones al cumplimiento de obligaciones ya estipuladas por la ley. El proceso de negociación había durado varios meses y los trabajadores habían realizado paros y marchas para lograr mejoras a sus reducidos sueldos y difíciles condiciones de trabajo. Firmar un convenio colectivo sin aumento no es la mejor alternativa que tiene un dirigente sindical, más aún cuando la base sindical no está de acuerdo. Vamos, que ese convenio ha sido uno de los más graves errores del movimiento sindical y Walter Campos ya no es un joven inexperto, es un dirigente sindical con varios años, capacitaciones y mucho apoyo de ONGs. Pero igual se equivoca.

Como sabemos, la ley es muy clara, una vez firmado el convenio colectivo, prácticamente no hay nada que hacer. Es muy difícil romper este acuerdo y la empresa, que ha presionado de muchas maneras no va a perder fácilmente esta victoria.

Hace unos días, la indignación de los trabajadores que se ha ido acumulando termino por estallar en una marcha y paro en la empresa Camposol. El objetivo de la medida es precisamente presionar a la empresa para retomar la discusión de mejoras salariales y de condiciones de trabajo.

Lo que resulta extraño es que el mismo secretario general que suscribió tremendo despropósito, sigue al frente del sindicato y ahora protesta por lo que ayer firmó. Ahora que soy secretario general de un sindicato -pequeño y joven, pero sindicato- puedo entender mejor lo que significa la responsabilidad de asumir la defensa de tus pares, la confianza depositada por otros, y cómo no puede traicionarse dicha confianza.

Los trabajadores de un sindicato cuya dirección comete tales errores, deberían arreglar primero el problema de dirección que tienen. Más aún cuando la acción sindical realizada ha sido duramente reprimida por la policía, cuyo resultado son trabajadores heridos, hospitalizados y detenidos.

Como señala el comunicado de SITAG puesto por Oscar Alarcón en su blog, hay una seria responsabilidad en estos lamentables sucesos del Ministerio de Trabajo, Ministerio del Interior, la Dirección Regional de trabajo y la Empresa Camposol. Los  trabajadores Janeth y Lidia Tandaypan, Josefina Espínola, Santos Simón Quispe, Antonio Arroyo Pérez, Zacarías Melgar, Agrio Rodríguez Montoya y Reinidio Chávez Chávez han sido detenidos injustamente por protestar. Me aúno al pedido por su inmediata libertad y levantamientos de los cargos. La empresa debe responder por los heridos Juana Flores Luis y Basilio Salinas que se encuentran internados en el Hospital Lazarte de Trujillo

Pero, el 100% de la responsabilidad no es de las autoridades y la empresa. Un porcentaje es responsabilidad de los dirigentes sindicales y de Walter Campos, secretario General. Así sea un 1% de responsabilidad, los dirigentes son responsables del 100% de ese 1%, como enseñaban Bruno Trentin, Giusseppe di Vittorio y otros sindicalistas de verdad.

Y por eso, los dirigentes del sindicato de Camposol deben responder.


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